El país rico que invierte con sabiduría porque sabe que dejará de serlo
Cuando la crisis del modelo económico del estado del bienestar parece llegar a una encrucijada de difícil solución, los expertos vuelven sus ojos a un pequeño país nórdico que gracias a sus recursos naturales y a un modelo de gestión sensato y con visión de largo plazo tiene asegurado el futuro de su estado social y sus pensiones.
Es Noruega, propietaria de un multimillonario fondo de pensiones estatal nutrido de sus ingresos petroleros, que al cierre de 2012 gestionaba un patrimonio de 685.000 millones de dólares, es decir, más de dos veces el PIB de Grecia.
A través de ese fondo soberano, Noruega es dueña del uno por ciento del total de las acciones que se cotizan en los diferentes mercados de valores de todo el mundo, con presencia en más de ocho mil empresas de todo tipo, pero donde no hay ninguna tabacalera, industria armamentística o explotación nuclear que viole los derechos laborales de sus trabajadores o lleve a la corrupción. Realiza una inversión socialmente responsable.
Desde el descubrimiento de su primer yacimiento petrolero comercial a finales de los 60, sabía que los recursos del subsuelo no durarían para siempre, y tenía que acelerar su explotación y administrarla con cabeza. En principio tanta riqueza les provocó una década complicada. la de los 80, por la enorme cantidad de dinero circulando y la poca competitividad de las exportaciones.